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27 de marzo de 2015

El Corazón del Creyente más Sincero | Prólogo








PRÓLOGO


Domingo, 25 de Agosto del 2013, 1:08 A.M

La cara de Ambar se estiró en una amplia sonrisa mientras miraba alrededor de la playa. Lo estaba haciendo, por fin Ambar había podido asistir a su primera fiesta. A sus 17 años nunca había ido a una. Y eso se debía a sus padres, ya que eran unas personas muy exigentes y temerosas que algo malo le sucediera a su hija menor. Se había hecho mucho peor desde que al padre de Ambar lo transfirieron a Estados Unidos a trabajar. Muy lejos de su casa.
La mamá de Ambar es la típica ama de casa que apoya a su marido en todas sus decisiones, pero que sin ella la familia se desmoronaría. La hermana de Ambar, Jade, era todo lo contrario a ella. Donde Ambar es rebelde, la hermana siempre obedeció las reglas impuestas por sus padres. Jade es la hermana mayor por 10 años y es una excelente abogada. Había renunciado a su antiguo trabajo para poder mudarse con su familia, ella no tuvo inconvenientes en encontrar un nuevo empleo, ya que el primer día que llegaron a Estados Unidos, Jade lo consiguió. Su trabajo era en un bufet de abogados bastante importante de la Ciudad de San Diego. Ella era una mujer inteligente a comparación de Ambar o eso es lo que la gente piensa.
La familia de Ambar y ella son nativos de Argentina. Hasta hace un año vivían allí. Ella extrañaba todo de su hogar, sus amigos, su casa y su cultura que era totalmente diferente a la de Estados Unidos. El padre de Ambar es un excelente Lic. en Marketing que trabaja para una empresa importante de Argentina, lo trasfirieron a San Diego, California para que dirija y supervise la nueva sede que crearon. Por ese motivo, la familia Martínez se encontraban a más de 6.000 km de distancia de su verdadera casa.
 A decir verdad, Ambar no puede quejarse del cambio que vivió, ya que ahora se encuentra en una ciudad hermosa e hizo muy bueno amigos, hasta tiene un novio llamado Nicholas. Él es el típico chico popular que salen en las películas yankees: alto, musculoso, pelo rubio sucio, ojos grises y es el quarterback del equipo de futbol americano de nuestra escuela San Angustine High School. Ambar realmente no entendía ese deporte y creía que nunca lo iba a hacer, pero siempre iba a alentar a su novio.
La primera vez que vio  a Nick fue el primer día que estuve en la escuela, él le había ayudado a encontrar el aula donde tenía clases, ya que la escuela era muy grande y totalmente diferente a como era en Argentina. Al principio se hicimos amigos, gracias a él conoció a Kate y Ash sus nuevas mejores amigas. Después de 5 meses le  propuso a Amber que sea su novia y ella aceptó gustosamente. Nick era su primer novio. El problema era que sus padres todavía no lo sabían, pero pronto se los iba  a decir, y lo tenían que aceptar quieran o no
Cerca de Ambar se escuchó a una chica que la llamaba. Cuando ella se dio vuelta, se vio atrapada por dos brazos alrededor de ella. Ambar rió y le devolvió el abrazo a Kate. Al rato, su amiga la suelta y grita:  

─ ¡Oh por Dios! No puedo creer que viniste ¿Tus padres te dejaron? ─ exclama Kate sorprendida.
─ En realidad no. Me escape. ─ respondió un poco afligida. Kate chilla y la abraza nuevamente.
─ Te dije que lo tenías que hacer hace mucho tiempo. Ahora vamos a divertirnos. ─ Grita la ultima parte. Agarra a Ambar del brazo y la arrastra hacia una pista de baile improvisada sobre la arena, que se encontraba alrededor de la gran fogata.
            Las amigas estuvieron bailando por una hora aproximadamente. Ambar estaba muy contenta, nunca se había divertido tanto en su vida. esa era la mejor noche que había vivido. 
            A lo lejos, Ambar vio a Ash con su novio, Brandon que era el mejor amigo de Nick. En cuenta la vieron, se acercaron a ellas. Ash abraza a Ambar y le comenta que no la esperaba encontrar en la fiesta.
─ La pequeña rompió el cascaron. Estoy orgulloso de ti ─ dice Brandon mientras se limpiaba una lagrima imaginaria. Ambar lo golpeó en brazo mientras reían.
─ Muy chistoso ─ comenta. ─ Brando ¿Viste a Nick? ─ Brandon mira a Ash y ella asiente con la cabeza. ¿Qué está pasando?, se pregunta Ambar mentalmente. Brandon cansando se seguir ocultado lo que está sucediendo, se decide de una vez por todas mostrarle la verdad a Ambar. Ella es una buena chica y no se merece lo que está pasa hace mucho tiempo.
Brandon suspira. ─  Él se fue por ahí ─ señala unos grandes médanos en medio de la playa. ─ Está bastante borracho. ─ agrega. Era de esperarse.
            Le agradece a Brandon, se despide de ellos y se dirijo a buscar a Nick. Se va a sorprender cuando me vea, piensa Ambar con una sonrisa.
            Cuando llega a los médanos, empieza a escuchar unos gemidos de una chica. Con un mal presentimiento, Ambar se acerca hacia donde proviene el ruido. Las lagrimas comienzan a brotar de sus ojos, al encontrarse a Nick, sin remera besándose con una chica que solo tiene la parte de abajo del bikini, dejando expuesto sus senos.
─ Eres un hijo de puta, Nick ─ grita Ambar. Él aludido se separa de la chica y mira a Ambar con los ojos bien abiertos sorprende. ¿Qué mierda está haciendo ella aquí?, piensa Nick.
─ Ambar…─ él intenta decir algo, pero ella lo cortó dándole una fuerte bofetada en la cara. La chica con la que estaba pega un grito por lo sucedido.
─ No te vuelvas a acercar a mi nunca más en tu vida, maldito imbécil ─ termina diciendo Ambar. Se da media vuelta para irse, pero Nick la agarra del brazo para detenerla.
─ No, Ambar. No te vayas. No sabía que ibas a venir. Lo siento─ dice con la voz quebrada.
─ Claro, si te hubieras enterado que venía no estarías a punto de tener sexo con la rubia teñida esa. Dime Nick, ¿En las otras fiestas también me engañaste? ─ le pregunta Ambar. El aparta la mirada culpable. Ella no lo podía creer. Uniendo cabos, Ambar piensa que de seguro toda la escuela sabia que él la engañaba y ella habrá quedado como la estúpida ingenua extranjera. Sin decir más nada, da media vuelta y sale corriendo. Escuchando los gritos de Nick llamándola.
            Nick por su parte, se sentía muy culpable y se odiaba a sí mismo por hacerle daño a Ambar.  Él pensaba que nunca se iba a enterar de que él la engañaba. Fue un reverendo idiota, teniendo a una gran mujer que lo quería al lado, él tuvo que joderla como hacía con todo en su vida. Su padre tenía razón, él era toxico para todos a su alrededor, pensó.
            En un ataque de ira, Nick empieza a gritar y a darle puñetazos al médano que se encontraba al lado de él.  Cuando termina de descargar todo su enojo, se queda respirando fuertemente. En un momento, siente la mano de una chica en el hombro y se gira rápidamente pensado que Ambar había vuelto, pero no era así. Era la chica con la que estaba a punto de tener sexo.
─ Nick, ¿Vamos a terminar con lo que empezamos?─ dice con voz seductora o eso es lo que ella piensa porque en ese momento a Nick le da nauseas.
─ Vete a la mierda─ le contesta. Ella jadea ante su respuesta, pero a él ya no le importa nada. Se va directamente hacia su auto, para poder aclarar sus ideas y esperar hasta mañana para poder arreglar las cosas con Ambar. Cuando la vio irse se dio cuenta que él verdaderamente la necesitaba, ella había sido lo único puro que había tenido Nick en toda su corta vida y él, como la mayoría de las veces, arruino lo bueno que tenia.
            Ambar estaba recorriendo toda la fiesta mientras buscaba a sus amigas. A lo lejos vio a Kate, Ash y Brandon. Se acerco a ellos corriendo, todavía llorando, y se arrojo en los brazos abiertos de Ash. Fuertes sollozos salían de Ambar, mientras que la mano de Ash pasaba por la espalda de Ambar para calmarla.
─ Shh tranquila Ambar ─ susurra Ash─ Él no te merece, nena ─ termina. Cuando Ambar escucha aquellas palabras, se separa de ella con lágrimas que caían aun más fuertes que antes, pero por una razón completamente diferente.
─ ¿Lo sabias? ─ le pregunta Ambar. Ash la mira por unos instantes y luego asiente una vez con la cabeza. Ambar mira a Kate y a Brandon, ellos la estaban mirando con tristeza. Ellos lo sabían y no le habían dicho nada a Ambas. La habían traicionado.
Ambar da un paso hacia atrás cuando la realidad la golpea. ─ Ellos se estaban riendo de mí todo este tiempo, mientras pensaba que tenía amigos y un novio confiables ─ pensaba Ambar.
─ Me engañaron. Todos ustedes ─ grita Ambar. Ella ve a Kate y a Ash llorando.
─ No podíamos decirte ─ susurra Brandon.
─ Si, si podían decirme. Quede como una idiota cornuda delante de todos. Los odio profundamente a todos ustedes ─ grita muy alto mientras se da vuelta y se va corriendo hacia donde dejo su auto.
Cuando llega cerca donde se encontraba estacionado su coche, escucha una fuerte explosión y al darse vuelta, ve humo por todo el lugar donde estaba la fogata. Al último minuto, Ambar decide volver para ver si todos se encontraban bien.
            Al rato, se empezaron a escucharse las sirenas de la policía y de los bomberos muy cerca. Cuando estaba llegando de nuevo a la playa, una mano le agarra del brazo y la tira hacia atrás a Ambar. Asustada se da la vuelta y ve que era un policía joven, alrededor de 25 años. Tenia el pelo negro y ojos muy azules. Era alto, alrededor de 1,90 m y tiene unos hombros anchos al igual que su espalda.
─ ¿Qué pensabas hacer? ¿Meterte ahí adentro donde hay un incendio?─  dijo enojado.
─ Yo… yo no pensé. Ahí están mis amigos ─ dijo tartamudeando con lagrimas todavía cayendo de sus ojos. El policía alza la mano y con delicadeza le limpia las lágrimas.
─ Tranquila que ya están yendo a ayudar. Ve a casa ─  dice para luego darse la vuelta para ir con un grupo de otros policías.
            Ambar le hace caso al policía, ya que no puede hacer nada para ayudar. ─ Mañana voy a llamar a Kate para ver cómo están ─ piensa Ambar. Aunque este enojada y se siena traicionada, Ambar no quiere que nada malo le pase a ninguno.
            Ambar llega a su auto, abre la puerta, entra en el asiento del piloto y arranca el auto para luego dirigirse hacia las calles. Estas estaban tranquilas y Ambar seguía llorando como una estúpida. Esa noche Ambar pensaba que iba a divertirse con sus amigo y su novio, termino siendo un desastre. Un horrible desastre. Ambar engaño a sus padres en vano. ─Ellos tenían razón, no tenia que haber ido a esa fiesta. ─ piensa.
            A un costado de la calle Ambar ve que hubo un choque y también había varios policías. Con lo poco que puede ver, solo observa un auto que esta dado vuelta y muy estropeado. Pero ella no le da importancia y siguió de largo, pensando en todo lo que sucedido aquella noche.
            Cuando llego a la cuadra de su casa, puedo distinguir un coche de policía en la puerta. ─ Genial, hoy es el día de los policías. Seguro mis padres los llamaron cuando no me encontraron. Son unos exagerados. ─ piensa Ambar.
            Entra en la casa sabiendo el regaño que va a tener por parte de sus padres, pero cuando entra lo que ve la deja en desconcertada. Su hermana se encontrada arrodillada en el piso llorando.  Jade levanta la cabeza cuando escucho la puerta abrirse. Se levanta del piso y se dirige hacia donde esta Ambar. Se la queda mirando un rato con las lagrimas bajando por sus mejillas. Ambar no pudo gesticular ninguna palabra porque su hermana la estaba mirando con odio y no sabía el motivo. De repente, Jade la empuja y Ambar se tuvo que agarrar de la puerta para no caerse directamente al piso.
─ Esto es tu culpa. Eres un pedazo de mierda egoísta. Es toda tu maldita culpa. ─ grita a todo pulmón.
─ ¿Qué es lo que está ocurriendo?─ dice en voz débil, una vez que volvió a encontrar su voz. Jade le da una cachetada que trae lágrimas a los ojos de Ambar. Jade nunca le había pegado.
─ Ellos están muertos. Nuestro padres murieron y es todo tu maldita culpa, perra. Era la única culpable, asesina. ─
            Y con esas palabras el mundo de Ambar se vino abajo.  

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